Fidget Spinner, el nuevo juguete de moda (y cómo aprovecharlo para educar)

Es una moda, como lo han sido tantos otros juguetes a lo largo de los años, y tiene algo en común con las peonzas: ésta fuerza giratoria que nos cautiva, que nos fascina.

Embelesarse con un objeto de movimiento persistente con el que podemos jugar a voluntad, que ponemos en marcha y que podemos detener a decisión nuestra, es natural en todas las edades. ¿No os gusta hacer girar peonzas sencillas? ¿No os las mirais plenamente atentos a su movimiento hasta que desisten de bailar?

Ahora los niños juegan con el fidget spinner, los expertos debaten las bondades (¿relaja?) Y algunos maestros dicen que están hasta arriba porque les distrae a los alumnos.

Una breve aportación al debate sobre las virtudes y problemas del juguete en cuestión: concentrar los sentidos en un solo estímulo, cercano y regulable a voluntad, relaja (ahora que está de moda el mindfulness, esta información no es ninguna novedad). Y, al mismo tiempo, jugar con un juguete que permite poner en juego cierta destreza manual es estimulante. Por tanto, el spinner relaja a la vez que distrae. Fin de la aportación. Y conclusión: el spinner, en este sentido, es un juguete como ha habido tantos.

¿Por qué el spinner es un problema en las escuelas? Porque los niños lo utilizan cuando no toca, en las aulas. No parece que vaya a ser muy difícil restringir el uso del juguete en los espacios de juego, por lo que -si nadie me pide lo contrario- no es necesario profundizar en esta cuestión de gestión.

¿Cómo consiguen los niños su spinner?

Lo que sí me parece importante de verdad, desde el punto de vista educativo, es hablar de cómo consiguen los niños sus spinners. En mi entorno, los padres se los compran sin demasiados problemas. La cosa es baratita y quien más quien menos la puede pagar. Hay que valen un euro, muchos valen menos de diez, y hay unos cuantos que cuestan más.

Pero, detengámonos un instante. Cuando un niño o niña nos pide un spinner se nos presenta una oportunidad educativa de primer orden. Porque cuando nuestro hijo quiere algo, desea un bien, tenemos una ocasión magnífica para hacerle una pregunta educativa fundamental:

  • Como lo harás para conseguirlo?

Si la respuesta es del tipo:

  • Quiero que me compres tú.

Podemos responder, con serenidad, que, cuando alguien quiere algo, tiene que estar dispuesto a hacer algo para conseguirlo.

Les podemos mostrar nuestra voluntad de ayudarles a conseguir lo que se proponen. Les podemos ofrecer, en este sentido, algún trabajo remunerado que les permita ganar el dinero que vale el juguete.

Dicho con senzillez, si quieren un spinner, que se lo ganen. Puede haber muchas maneras de hacerlo: limpiar el coche, hacer un trabajo doméstico extra durante una semana, encargarse de un hermano pequeño durante cierto tiempo, regar las flores, ayudar en la cocina… lo que puedan .

Ganarse lo que uno tiene es la manera de sentirse más satisfecho, de quererlo y valorarlo más y, sobre todo, de hacer crecer la autoestima. El niño que se ha ganado, haciendo cierto esfuerzo, el juguete que tiene, sabe que es capaz de obtener lo que quiere poniendo en juego sus habilidades, y por lo tanto, además de valorar más lo que tiene, también se valora más -de manera muy justificada- a sí mismo.

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